jueves, 25 de octubre de 2007

El Oso, simbolo de la Legio VII Gemina Felix

De la legio VII no se tiene constancia cuál fue su emblema. En realidad de muchas legiones solo se supone cuál fue. Por ejemplo, las legiones fundadas por César a casi todas se las ha asignado un toro, pero tampoco existe total seguridad, puesto que en no todas fue así.

Un ejemplo de emblemas de legiones se puede consultar en la siguiente página:
http://www.legionesromanas.com/general/53emblemas.htm

Pocas legiones han dejado alguna representación que han permitido conocer su símbolo y muchas de ellas se conoce por que en el siglo III d.C., el emperador Galieno (253-268) hizo una emisión de monedas con los simbolos de las legiones en activo en aquél momento.

Si buscáis con paciencia descubriréis los símbolos de muchas legiones conocidas, pero no aparece la legio VII gemina. ¿Habría desaparecido para entonces? Bueno, este es otro asunto y muy espinoso, que trataremos en otra ocasión.

Entre los símbolos que tenían las legiones existen fundamentalmente animales. Muchos del zodíaco: toro, capricornio, león. Otros emblemas fueron divinidades, como el dios Neptuno o Minerva en caso de la legio Minervia; mitológicos, como pegaso, centauro o la loba amamantando a los gemelos (legio II Italica). Y también hubo animales sin más simbolismo, como la cigüeña de la legio III Italica o la alondra de la famosa legión de César. Y así terminamos un rápido repaso de imágenes legionarias.

Sobre la legio VII, como decimos, desgraciadamente no hay datos. Sólo recientemente se ha vuelto a proponer que su símbolo fueran los dióscuros, puesto que coincidiría con su epíteto "gémina", con el signo del zodíaco de su fecha de nacimiento (géminis) y por su aparición en las famosas lápidas de Villalís.

Por lo visto es una idea antigua, de los tiempos de Gómez Moreno (1908), que en su momento ya fue desechada por completo, como expone García y Bellido en el libro "Legio VII Gemina" de 1970, donde dice:
  • "El apelativo "Gemina" no alude a los Dióscuros ni al mes de su creación (junio)", sino que como en otros tantos casos (legiones X, XIII, XIIII y varios cuerpos auxiliares) no significa más que "doble", compuesta de dos (legiones)".
  • La aparición de los dióscuros en las lápidas de Villalís se explica por que eran divinidades vinculadas al ejército romano.
  • Además en las lápidas de Villalís aparecen otros signos, sin más relación, como el ancla o el timón.

La asociación "Legio VII G·F", sin un referente histórico claro, ha adoptado al oso como símbolo por varios motivos: Lo primero es su pertenencia a la fauna autóctona, propio de nuestra región, pero por desgracia hoy en desaparición. Es una forma de llamar la atención sobre el triste destino que sufre buena parte de nuestra fauna y revindicar su conservación. ¡No todo el patrimonio son piedras! También el patrimonio natural es muy importante.

Al mismo tiempo es un animal que no es exclusivo de la zona, huyendo así de localismos sin sentido, sino que fue propio de casi toda Europa, Asia y América, manteniendo así un principio de universalidad que intenta regir esta asociación.

En siguiente lugar, el carácter del oso coincide con el carácter del colectivo que va a representar. Es un animal omnívoro, de aspecto bonachón, simpático en general, querido por el público infantil. El oso tiene una personalidad parecida a los humanos por sus costumbres en el medio natural. Y de otro lado, es un animal muy fiero, peligroso que incluso puede ser mortal cuando se le molesta.

Para la elección de la imagen hemos acudido a las representaciones romanas, como no podía ser menos. El más cercano a nosotros está en un mosaico aparecido en Astorga, de la llamada "domus del oso y los pájaros", donde se conserva la representación de uno de estos plantígrados, de dejamos aquí.

miércoles, 24 de octubre de 2007

24 de Octubre

El 24 de octubre se conmemora el aniversario de la batalla de Cremona, fecha que hemos hecho coincidir con el nacimiento de la asociación Legio VII Gemina Felix.

Este acontecimiento ha tenido gran relevancia histórica por las consecuencias que de ella se han derivado, a varios niveles. No solo en la historia del Imperio, sino también de Hispania y la intrahistoria de esta unidad legionaria.

PRECEDENTES


El levantamiento de Galba contra el emperador Nerón inauguró una importante crisis entre los años 68 y 70 d.C., en los que se sucedieron pronunciamientos y guerras civiles en un breve lapso de tiempo, que se ha dado en llamar “el año de los cuatro emperadores”.

El capítulo final acaeció en el año 69, cuando Vespasiano, general enviado a sofocar la revuelta de los judíos, fue proclamado emperador por sus tropas, el cuarto en apenas un año. Su apoyo principal fue su propio ejército de Oriente, al que pronto se le sumaron las legiones de otras provincias, entre ellas el ejército de la frontera del Danubio, entre el que se encontraba la legio VII.

Inevitablemente estalló una guerra civil entre los partidarios del emperador Vitelio, y los fieles a Vespasiano.

LA BATALLA

Las tropas del Danuvio se desplazaron hasta Italia al mando de Antonius Primus, comandante de la legio VII que asumió el mando del ejército. Cruzaron los Alpes y llegaron al norte de Italia con el fin de desalojar el trono imperial.

Vitelio, el emperador reinante, agrupó su propio ejército, con el que ya había obtenido meses atrás el gobierno de Roma y se dirigió al norte para hacer frente a esta amenaza.

Ambos ejércitos se encontraron en el Bedriacum, próximo a la ciudad de Cremona, donde ya se había desatado la batalla que había aupado a Vitelio al trono imperial, con lo que los presagios parecían favorables al gobernante romano.

La mañana del 24 de octubre se encontraron las vanguardias de ambos ejércitos, desatándose a continuación el choque entre las legiones de ambos contendientes. El historiador romano Tácito nos ofrece muchos datos de interés sobre su desarrollo, que debió durar todo el día y su noche, sin que el resultado se decantase claramente a favor de uno u otro contendiente.

El enfrentamiento debió ser muy cruento y es posible que la legio VII llevara la peor parte. Tacito refiere que cayeron varios de sus centuriones y durante un tiempo hubo perdido su águila, que solo se recuperó gracias a la intervención de su primus pilus que sacrificó su propia vida para recuperarla.

Al amanecer las tropas orientales de Vespasiano, según su costumbre, aclamaron el sol naciente, hecho que fue trascendental, puesto que las tropas vitelianas, sorprendidas por el griterío, pensaron que se debía a la llegada de tropas de refresco, con lo que dieron por perdida la batalla. De este modo, se retiraron hacia la ciudad de Cremona, donde se atrincheraron tras sus murallas.

La batalla en campo abierto ahora se convirtió en el asedio de la ciudad. En éste de nuevo destacó la legio VII, junto a la III Galica, que fue la primera en poner el pie en la muralla, llevándose el honor del asalto. Aún así el ataque se llevó a cabo a costa de grandes pérdidas.

Como resultado la ciudad de Cremona fue saqueada durante cuatro días e incendiada como represalia.

CONSECUENCIAS

La victoria en Cremona fue decisiva. Vitelio se suicidó y Vespasiano ocupó el trono de Roma. Pero su trascendencia supera el mero cambio del poder en Roma.

El reinado de Vespasiano fue lo suficientemente largo, como para aportar la estabilidad necesaria al Imperio y crear su propia dinastía que reinó hasta el año 96 dC.


Las reformas que llevó a cabo fueron decisivas para la administración, la economía y el ejército. Se llevó a cabo una política de promoción de ciudades de la que beneficiaron muchas ciudades hispanas, viendo mejorar sus estatus al alcanzar el grado de municipium. Logró superar la crisis económica que se arrastraba desde los tiempos de Nerón, que se había agudizado tras las guerras civiles, logrando que las finanzas se equilibrasen.


A Vespasiano se le debe la construcción de varias obras públicas en Roma y su embellecimiento. El edificio más destacado es sin duda el Coliseo, llamado en su tiempo el Anfiteatro Flavio.

Respecto al ejército se hubo de acometer una profunda reorganización con el fin de recuperar la disciplina y evitar nuevos pronunciamientos. El despliegue de las legiones se modificó, cambiando de lugar muchas de ellas a lo largo de las fronteras.

Los movimientos de
tropas afectaron a Hispania que finalmente vio como la legio VII gemina felix se asentaba definitivamente en lo que más tarde sería la ciudad de León.

Y, a menor nivel, las bajas sufridas por la legio VII en la batalla de Cremona hizo que se debiera fusionar con otra legión, de la que no ha quedado su nombre, si bien se especula con la legio I Germanica, es cierto que en este momento desaparecieron varias unidades.


A partir de entonces sería conocida como legio VII gemina.

También bajo el emperador Vespasiano nuestra unidad adquirió un segundo epíteto: Felix (afortunada), aunque no se ha esclarecido si debido a su fidelidad a la causa flavia o bien a alguna otra acción feliz en los campos de batalla de Centroeuropa.