La Carisa es el nombre de un lugar que poco a poco ha ido haciéndose famoso como uno de los hallazgos arqueológicos más reveladores de los últimos años.
En un cordal montañoso, casi en la divisoria de la Cordillera Cantábrica, entre los concejos asturianos de Lena y Aller, en una de cuyas cimas a una increíble altitud de 1.800-1.500 mts ha aparecido un complejo arqueológico consistente en un campamento romano de campaña, en el monte Curriechos y un recinto amurallado en el pico del Homón del Faro, atribuido inicialmente a una fortificación de la Edad del Hierro, que parecía relatar un posible escenario de las guerras de conquista del territorio de los Astures.
A ello hay que unir una calzada romana, llamada la "via de la Carisa", que transita al pie de estas estructuras ascendiendo hasta los 1.800 mts y que en época romana fue la via de comunicación tradicional entre Asturias y León. El nombre tradicional de esta calzada podría deberse a Publio Carisio, comandante de los ejércitos romanos que derrotaron a los astures en la campaña de 25 a.C.
El hallazgo, en 2001, fue seguido de unas campañas de excavación arqueológica para profundizar en los hechos acaecidos en este escenario y que sus descubridores han ido publicando en diversas revistas, libros y congresos.
El campamento romano a unos 1.700 mts de altitud se acomoda a la abrupta topografía del cordal y parece que allí se han ido instalando varias unidades, de forma sucesiva. En las excavaciones han aparecido varios objetos del equipo legionario, como puntas de pilum y jabalinas, balas de honda, piquetas de tienda de campaña, herramientas y algunas monedas que llevan a fechar el asentamiento en época de las guerras cántabras y astures (29-19 a.C.). Más concretamente se apunta la posibilidad de una campaña desarrollada en torno al año 22 a.C., con motivo de una revuelta de los astures.
Más problemática ha resultado la investigación de los restos de amurallamientos del Homón del Faro. En principio fueron identificados como astures, a tenor de la tipología constructiva, muy similar a las murallas castreñas. Se situaba al norte del recinto romano, lo que hacía suponer que se habían erigido para detener el avance romano
Parte de su estructura fue de madera, que se analizó con C-14 y proporcionó la inesperada fecha de finales del siglo VII - comienzos del siglo VIII d.C., es decir, en el final de la época visigoda y los episodios de la Reconquista en Asturias. La circunstancia no sólo resta interés al hallazgo sino que abre nuevas perspectivas de un periodo con escasos, por no decir nulos, indicios arqueológicos al poder tratarse del primer testimonio arqueológico de la Reconquista en tierras asturianas.
Más información en la página:
http://www.lacarisa.es/
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